Los abonos verdes, fertilizantes naturales

La presente Información se encuentra actualizada a fecha 26-10-2020

Son plantas que, lejos de agotar el suelo, lo mejoran y le aportan elementos nutritivos para preparar el cultivo de hortalizas o plantas ornamentales.

abono

La siembra de abonos vegetales no es algo nuevo. Al contrario, esta práctica es sin duda tan antigua como la agricultura y está vinculada al barbecho: un año de cada tres o cuatro se deja descansar la tierra, sembrando en ella plantas que le permiten recuperarse, airean el suelo y, una vez enterradas, le aportan humus e incluso nitrógeno.

Beneficios de los abonos verdes

Una cubierta protectora: mientras que el suelo de un huerto está al descubierto, el de un huerto biológico, o natural, siempre está cubierto para que permanezca protegido de la intemperie, en especial del azote de la lluvia, que lo vuelve compacto, y del sol intenso, nefasto para la vida de los microorganismos. Los abonos verdes forman un empajado vivo, una cubierta vegetal densa que acelera la evaporación.

Contra las malas hierbas: los abonos verdes, a menudo muy densos, eliminan la competencia de las malas hierbas y limpian el suelo. Por eso se utilizan entre las tablas cultivadas y entre las hileras, pero también en suelos nuevos que empiezan a cultivarse o después del terraplenado, como plantas pioneras.

Mejoran el suelo: gracias a sus profundas raíces, muchos abonos verdes mejoran la estructura del suelo, aireándolo y haciéndolo menos compacto. Los que enraízan profundamente, como el centeno, disuelven los elementos minerales del subsuelo y mejoran su fertilidad en profundidad. Por eso los abonos verdes no se arrancan sino que se cortan.

Una masa vegetal: al ser de crecimiento rápido, los abonos verdes proporcionan mucho follaje, utilizable como capa de paja in situ o en la pila de compost. Por tanto, enriquecen el suelo de humus. Además, las plantas de la familia de las leguminosas aportan nitrógeno, que impulsa el crecimiento de las hortalizas.

Cómo utilizarlos

Los abonos verdes se siembran a menudo después de la cosecha de primavera, en verano, para cubrir el suelo y protegerlo hasta el otoño. Luego hay que cortarlos o segarlos en otoño, antes de la floración, y enterrarlos inmediatamente. Pero también se siembra abono verde en primavera, para ocupar un suelo en barbecho o en espera, o entre las hileras de las tablas. Se puede cortar y enterrar cuando es necesario, en diferentes etapas de su desarrollo.

Por último, algunas especias se utilizan como abonos verdes invernantes: se siembran en general en otoño, por ejemplo después de haber arrancado las patatas, y pasan el invierno en la tierra; a continuación se cortan y entierran a principios de primavera.

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